La idea era simple: se coge a Halcón, que andaba por el universo DC en plan berseker commie-smasher, y se le lobotomiza hasta dejarle una personalidad más light, la del típico universitario yanqui bobo y capitán del equipo de fútbol (pero expulsado, que se note que es un malote) para que, al menos, pueda interactuar con el necesario reparto de secundarios sin matar a la mitad; y ya que Paloma murió heroicamente y era aún más soso que Halcón, vamos a sustituirle por otro personaje nuevo. ¡Ya está, que sea una chica! ¡Y que su identidad sea un misterio! ¡Ja, los lectores se quedarán de piedra cuando descubran que es la tía buena rubia del bar y no la otra secundaria con frases! Se le añade un malote llamdo Kestrel con el origen ligado al de los dos protagonistas y unas gotas de insinuaciones misteriosas sobre el origen de los protas y ya tenemos la miniserie de relanzamiento "de cajón" que se pretendía
Crítica
Puntuación del crítico: 8
El éxito sorpresa de la miniserie se debió al dibujo del joven Rob Liefeld, audaz y fresco, y no al soso y estereotipado argumento de los Kesel. La prueba está en que la colección regular de Halcón y Paloma que se lanzó al año siguiente con los mismos guionistas... ¡pero, grave error, sin ROB!, sustituido por un clon descafeinado de nombre Greg Guler, fue un fracaso sin paliativos. La serie fue rapidamente cerrada y los personajes destrozados totalmente y sin posibilidad de recuperación (es un decir, claro)
Eme A, miembro 104 de ADLO!
Ficha de Cómic enviada por EmeA el 21 de Marzo de 2008